Los mitos de la vida universitaria

En anteriores posts hemos hablado de cómo nuestros jóvenes casi son obligados a tener cierto estilo de vida solo porque han llegado a la edad de realizar estudios superiores y poder acceder a la Universidad. El ser universitario condiciona a muchas personas que recién han cumplido la mayoría de edad, o que puede tener algún par de años más, de tal forma que muchos se dejan arrastrar por esa vorágine que los puede pillar descolocados. Puede ser una de las razones por las que el primer año de universidad sean muchos los estudiantes que ven caer sus notas, sienten que no pueden seguir el ritmo, o sencillamente dejan los estudios a medio curso porque no se ven capaces. Muchas veces no es un problema de esfuerzo o de aptitud para estudiar, sino todo lo que rodea a este hecho.

Uno de los problemas con el que nos encontramos es que esa visión de la “vida universitaria” nos ha llegado importada, sobre todo de los EE.UU. Las películas y series de televisión sobre los chicos y chicas que comienzan la universidad en Norteamérica, con sus ídolos deportivos y sus chicas populares, e incluso la vida sexual de las universitarias, nos dan una visión que en un principio no tenía nada que ver con nuestra realidad. Pero ¿qué hicimos, ignorarlo y seguir a lo nuestro? Para nada, nos gustó tanta juerga y desenfreno, y decidimos imitarlos; y más películas y más series de universitarios siguieron llegando, y ahora parece que estás perdiendo esos años si no te comportas exactamente como ves en la tele.

Así, hemos llegado a tener una imagen de los universitarios que no tiene que ver con la realidad, y se ha formado todo un mito en torno a ello. ¿Qué me dices de la influencia en el porno? Increíble la de fantasías sexuales que han tenido como protagonistas a estas jovencitas estudiantes, que al parecer no van a la Universidad a aprender, sino a vivir la vida loca. O la de páginas web que se han llenado con videos porno sobre chicas universitarias, dando a entender que siempre están dispuestas a tener sexo, y que no hay que hacer mucho más que guiñarles un ojo para que ya se estén quitando las bragas. Al final, tanto ellas como ellos se ven afectados por toda esta leyenda urbana, y como en la mayoría de los casos no se ajusta a la realidad, empiezan las frustraciones u otros problemas más graves.

Y es que entre el ambiente juerguista que nos exportan desde USA, y la forma más puritanas de hacer las cosas en nuestro país (ojo, que hace unos siglos los universitarios españoles eran famosos por sus noches de parranda, aunque no será correcto decirlo) debe haber un término medio. Y estoy convencido de que será así, pues nuestro país es el lugar elegido por muchos estudiantes extranjeros para realizar sus estudios universitarios. Aquí encuentran no solo buenos docentes y buenas instituciones en las que cursar sus estudios, sino además un estilo de vida que se hace agradable a jóvenes con diferentes nacionalidades. La calidad educativa de España es indiscutible, y en lo que atañe a la Universidad, su prestigio ha sido ganado y alabado durante siglos, que es la antigüedad que tienen los estudios superiores en nuestro país. 

Si tanta gente quiere venir a estudiar con nuestros chicos y chicas, debe ser por algo, ¿no? A pesar de tener esa fama de juerguistas, de toros, flamenco y siesta, hemos demostrado que a nivel educativo no nos para nadie. ¡Ah, y que no se nos olvide!: también en España tenemos series universitarias.